49
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
¿Para qué existen las empresas?
Cómo la concepción sobre la naturaleza de la empresa
impacta en el desarrollo sostenible.
50
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Abstract
This paper focuses on explaining, in accordance with current
literature, the generalized conception of the rm's nature within
the capitalist system, as well as how the rm's nature and not
necessarily the system, is a fundamental factor in the increase of
inequality and damage to the environment. Based on empirical
evidence, the author also explains how the conception of this
nature leads the company and its members to withdraw from the
society to which they belong. Finally, he makes a new proposal
on the nature of the rm and its purpose, which is necessary due
to current times and the challenges that humanity faces.
Key words: Sustainable Development, Business, Environmental
Impact, Social Development, Inequality.
Resumen
El presente trabajo se centra en explicar, de acuerdo con la
literatura disponible y dominante, la concepción generalizada
sobre la naturaleza de la empresa dentro del sistema capitalista,
así como esta y no necesariamente el sistema, ha sido factor
fundamental en el incremento de la desigualdad y el daño al
medio ambiente. A partir de evidencia empírica el autor también
explica como la concepción sobre esta naturaleza ha llevado a
la empresa y a sus integrantes al grado abstraerse de la sociedad
a la que pertenecen. Finalmente hace una nueva propuesta
sobre la naturaleza de la empresa y su propósito, necesaria
para los tiempos que transcurren y los desafíos que enfrente la
humanidad.
Palabras Claves: Desarrollo Sostenible, Empresa, Impacto
Ambiental, Desarrollo Social, Desigualdad.
1. Introducción
EEl desarrollo sostenible es una discusión reciente,
mientras se convive con la empresa, como se les conoce
desde hace más de 250 años (Raff, D & Temin, P., 1991;
Fridenson, P., 2008). Sin embargo la discusión sobre cómo
esta herramienta fundamental para desarrollo humano
afecta de forma negativa a la sociedad se inicia a mediados
del siglo pasado (Coase, R. H., 1960; Rosen, C., & Sellers,
C., 1999; Hopwood, B., Mellor, M. & O'Brien, G. 2005;
Geels, F. W., 2014), a pesar de vivir en sociedad por más
de 15,000 años. Así mismo la discusión sobre problemas
tan sensibles como la pobreza o el cambio climático,
tiene menos de 50 años (UN Conference on the Human
Environment, 1972).
Por otra parte, la sostenibilidad del desarrollo del ser humano
va mucho más allá de la pobreza y el cambio climático. Sin
embargo, al ser tal vez dos de los temas más relevantes de
acuerdo con los tiempos actuales, este trabajo pone hincapié
en estos. A la vez, vale la pena resaltar que estos agelos
no son sólo responsabilidad de la empresa, empero esta
juega un papel fundamental en el deterioro, tanto del tejido
social, como del ecosistema biológico terrestre, impulsado
por una corriente voraz de intereses económicos y políticos,
como se argumenta en este artículo. Por otra parte, no se
debe perder de vista que cualquier sistema económico y al
igual la empresa, es únicamente una herramienta, y como
toda herramienta, depende quién la use y para qué la use
ya que no se le puede asignar moralidad a aquello lo cual
no tiene consciencia (Bunge, M., 2014). Los resultados
entonces dependen nalmente de los individuos, actuando
en independencia, pero también en dinámica de grupo,
donde las complejidades son aún mayores.
En denitiva, para las organizaciones privadas dentro del
sistema económico dominante, es decir el capitalismo, este es
un problema que debe abordarse desde las ciencias sociales
y desde la losofía de los negocios, a través de una pregunta
fundamental: ¿Para qué existen las empresas? La respuesta
consciente o inconsciente la cual es el común denominador,
hasta ahora no parece haber llevado ningún destino promisorio
a la sociedad. Es hora de replantearse entonces este debate, y
su conclusión sólo puede ser positiva en el futuro si se hace a
través de un ejercicio de plena consciencia.
Siendo así este trabajo se fundamenta en los siguientes tres
aspectos:
¿Para qué existen las empresas?
Cómo la concepción sobre la naturaleza de la empresa
impacta en el desarrollo sostenible.
Marcelo Sebastián Tedesco
[email protected], Instituto Tecnológico de Massachusetts
Revista Fidélitas, Vol.1 (2). Octubre 2020
http://revistas.udelitas.ac.cr/index.php/revista_delitas
Recibido 21 setiembre 2020, Aprobado 05 octubre 2020
ISSN: 2215-6070
10.46450/revista_delitas.v1i2.25
51
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Ecosistemas
La existente desvinculación entre el individuo, la empresa,
la sociedad y la tierra. Como hipótesis primordial, no se
puede construir empresas las cuales aporten al desarrollo
sostenible, mientras quienes las lideran y colaboran
con ellas se sientan desvinculados de la sociedad y del
ecosistema biológico donde pertenecen. A través de un
nuevo marco de referencia sobre la interacción de los
diferentes ecosistemas integrados por individuos y de la
evidencia empírica, se ve como esa desvinculación se
propone falsa.
Grupos de Interés
A partir de tal desvinculación individual y la prioridad
unitaria, la evidencia empírica por abordar en este trabajo
muestra que en Latinoamérica la sociedad y otros grupos
de interés relevantes para el desarrollo sostenible pocas
veces se toman en cuenta, por tanto, se da prioridad a las
necesidades individuales por encima de las de la sociedad.
Estrategia Empresarial
Se plantea una serie de conceptos los cuales puedan
aprovecharse para dar una respuesta enfocada en el
desarrollo sostenible respecto de la cuestión fundamental
acerca de para qué existen las empresas, pasando
nuevamente por el aspecto losóco; pero también el
sociológico como argumento principal.
2. Metodología.
El presente trabajo se construye a partir del análisis de
la literatura disponible proveniente de los campos de
las ciencias empresariales, las ciencias económicas, la
sociología y la losofía. De igual manera se presenta
hallazgos a partir de diversos estudios realizados por
organismos internacionales, tales como la Organización de
las Naciones Unidas, en su trabajo referente a los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ONU), La Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) con sus estudios
sobre desigualdad y pobreza en la región latinoamericana,
entre otros.
También se hace un análisis de la evidencia empírica
recogida a partir de métodos cuantitativos y cualitativos
a través de una encuesta realizada a 3625 empleados
de 468 empresas en siete países latinoamericanos.
Estas constituyen las economías latinoamericanas más
importantes de acuerdo con su Producto Interno Bruto
(PIB), con excepción de Brasil y Puerto Rico: México,
Argentina, Colombia, Chile, Perú, República Dominicana
y Ecuador.
El instrumento se desarrolla a partir del cuestionario de
autoevaluación del modelo para la Excelencia Empresarial
EFQM (European Foundation for Quality Management ).
Un modelo de desarrollo utilizado desde 1989 en Europa,
para ayudar a desarrollar organizaciones robustas quienes
practiquen los principios de calidad total y fomenten
la integración en sus procesos de negocios a los grupos
de interés incluyendo principalmente a la sociedad. Se
selecciona EFQM por su integración con todos los aspectos
organizacionales de las entidades privadas y públicas.
El instrumento se adapta teniendo en cuenta
consideraciones culturales y se aplica tanto a directivos
como colaboradores. Abarca cuatro temas principales:
Misión y Visión (propósito), Desarrollo Humano, Cultura
Organizacional (Procesos) y Liderazgo.
El universo de entidades evaluadas se compone por
organizaciones sin distinción de las industrias a las cuales
pertenecieren, del total el 14% de las empresas tienen
más de 500 empleados; el 53% de 300 a 500 empleados
y el 33% menos de 300 empleados. De igual forma las
entrevistas se realizan sin distinción de puesto jerárquico,
pero se considera estadísticamente su posición laboral
en la empresa. La evaluación es totalmente anónima en
búsqueda de asegurar la integridad de las respuestas. La
aplicación del instrumento es mixta, realizándose llamadas
telefónicas directas con entrevistas pautadas, así como a
través del envío del instrumento de manera digital, de igual
manera en México se realiza aplicaciones controladas a
grupos presenciales cuando es posible hacerlo.
El resultado del estudio, presentado en la sección 3.4.1,
tiene un nivel de conanza del 96%, con un margen de
error del 5%.
De igual forma se toma conceptos y hallazgos publicados
por el autor de este trabajo, a partir de investigaciones
previas, así como desde la observación de la realidad en el
trabajo del campo empresarial por más de 20 años.
3. Resultados
Ecosistemas Económicos
En 1980 un grupo de académicos europeos y americanos,
a partir de diversos trabajos fundan una nueva disciplina
llamada Ecological Economy (Xepapadeas, A., 2008). La
cual estudia la interdependencia y evolución de la economía
humana y los ecosistemas naturales, tratando a la economía
como un subsistema del ecosistema completo de la Tierra.
Esto pone en perspectiva, no sólo la importancia de tratar
a las actividades humanas-sociales como un ecosistema
en sí, sino también las consecuencias que se tiene sobre la
naturaleza.
En efecto no se puede entender la implicación de la
injerencia humana en los ecosistemas biológicos, sino
se estudia las dinámicas sociales como ecosistemas.
Debe quedar claro que toda interacción humana o de sus
organizaciones tiene un impacto real, más no solo en lo
económico, sino también en lo social y en lo biológico.
52
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Ahora bien, todas las actividades económicas, entonces
pueden describirse como un sistema complejo (Meadows,
D. 2011), y cuando en este sistema interactúan
organizaciones, individuos y otros elementos tangibles e
intangibles, nos encontramos con un ecosistema (Tedesco,
M. S. & Serrano, T., 2019), pues un ecosistema se
dene en como el conjunto de elementos constituido
por una comunidad de seres vivos, y el entorno que les
rodea (Odum, E. P., 1971). Un ecosistema puede ser tan
pequeño como una pecera o tan grande como el mar. Esto
también aplica para los ecosistemas sociales y se sabe
que todos los sub-ecosistemas, independientemente de su
tipo interactúan entre sí, el nivel de impacto de estos sub-
ecosistemas en otros sub-ecosistemas y en el ecosistema
económico completo, así como en el biológico, dependerá
del nivel de conexión e inuencia entre ellos (Tedesco, M.
S. & Serrano, T., 2019), como se ejemplica en la siguiente
gura:
Figura 1. Modelo de Integración de Ecosistemas
Fuente: Marcelo Tedesco (MIT D-Lab, 2019)
De igual manera, dentro de cada sub-ecosistema, existe el
ecosistema propio del emprendedor, empresario, negocio
o innovador, independientemente de las organizaciones
que le dan estructura al ecosistema, la cultura o la política
pública. Tal vez, lo más importante por reconocer de esta
concatenación de ecosistemas, es el hecho de que todos ellos
interactúan y se ven afectados positiva o negativamente
por las acciones del otro. Dependiendo, según se menciona
anteriormente, del nivel de interacción e inuencia, viendo
nalmente los resultados de ese impacto, en el ecosistema
Social y el Terrestre, el cual contiene a todos.
Aunque a manera de metáfora, el primero en referirse
al ecosistema en términos empresariales es el lósofo
James Moore (1996), al expresarse sobre éste como
una comunidad económica apoyada por una base de
interacción de las organizaciones e individuos, destaca que
la comunidad económica produce bienes y servicios de
valor a los clientes, quienes son miembros del ecosistema.
Además, Moore establece que los organismos miembros
también incluyen a los proveedores, competidores y otros
grupos de interés, como la sociedad.
No obstante, si bien cada empresa tiene su propio
ecosistema de grupos de interés, a la vez es parte de un
ecosistema económico mayor, el cual a la vez es parte de
un ecosistema social y por supuesto es parte del planeta
(ecosistema biológico).
Figura 2. Modelo de Integración de Ecosistemas y Grupos
de Interés
Fuente: Marcelo Tedesco (MIT D-Lab 2019)
De igual manera Moore (1996) concluye: la evolución
del ecosistema sólo es posible a partir de la co-evolución
de los miembros de la comunidad. Es decir, no es posible
sobrevivir, mucho menos desarrollarse, sino es a partir de
la comprensión de la inuencia que cada miembro de la
comunidad tiene sobre el otro y de la necesidad de cooperar
para alcanzar objetivos comunes.
La Naturaleza de la Empresa y el Problema del Costo
Social
El premio Nobel de Economía, Ronald H. Coase publica
uno de los escritos más citados sobre la idea vigente de la
pregunta fundamental de para qué existen las empresas: La
Naturaleza de la empresa (1937), un artículo que se vuelve
de culto. En éste se aborda una serie de contra argumentos
a preconceptos concebidos en la época sobre la razón de
existir de las empresas, se hace referencia principalmente a
los postulados de Frank H. Knight (1921) quien argumenta,
de acuerdo con lo conocido de la naturaleza humana, sería
muy inusual que una persona pudiera garantizar a otra
un resultado concreto de sus acciones sin tener el poder
de dirigir su trabajo, así como tampoco se podría debajo
de la dirección de esta sin tener esa garantía, nalmente
concluye, la existencia de la empresa en el mundo es el
resultado de la incertidumbre.
Knight (1921) también hace referencia a la incertidumbre
del consumidor y a la obligación de la empresa de predecir
la demanda del mercado para producir sus productos. En
denitiva, para él, la empresa existe como una especie de
entidad ordenadora, la cual busca eliminar la incertidumbre,
mientras el empresario es una clase diferente de ser humano
quien por su gracia y trabajo ayuda a los más débiles a
reducir su propia incertidumbre.
Si bien, como enfatiza Coase (1937), esta aproximación está
lejos, no solo conceptualmente, sino también prácticamente
de la realidad sobre la naturaleza de las empresas, tampoco
53
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Coase responde realmente a la pregunta que él se hace,
pues posiblemente no es la cual realmente se hace, por
cuanto su respuesta se enfoca en la naturaleza de cuanto
hace una empresa, no en la naturaleza de la existencia de
ella. La transición de precios a la que se reere el autor
es una consecuencia de los procesos internos naturales
de la empresa, no la razón por la cual la empresa como
organización debería existir.
Entendiendo entonces a la empresa como un organismo que
vive dentro de un ecosistema, inserto en varios ecosistemas
aún más relevantes para el ser humano, la transición de
precios es una respuesta demasiado vaga a la pregunta
fundamental.
Esta perspectiva de maximizar ganancias y reducir costos,
al entender la empresa como un organismo independiente
de sus ecosistemas lleva a producir un enorme daño
en el ecosistema social (pobreza y desigualdad) y por
supuesto, en el ecosistema terrestre. Coase (1960) ofrece
una respuesta en otro citado y renombrado estudio, “El
problema del costo social”.
Aunque la solución propuesta por Coase se utiliza
ampliamente, tanto desde el punto de vista de la legislación
y regulación de las empresas para contrarrestar el daño
colateral consecuencia de reducir costos y maximizar
ganancias, como en el diseño de modelos económicos y
por supuesto también para la estrategia empresarial, al nal
de cuenta no parece ser más que un paliativo a una creencia
generalizada. Aunque esta no da resultados.
Coase es el primero en identicar conscientemente el daño
hecho por las empresas a su entorno, pero la solución
de pagar por ese daño, pese es mejor a no hacer nada,
tampoco resulta realmente, las evidencias están a la vista.
La respuesta lógica a esta falta de resultados positivos en la
sociedad y el medio ambiente parece ser que la concepción
de la naturaleza de la empresa es errónea.
La razón para argumentar esto vuelve a estar en el Modelo
de Integración de Ecosistemas (Tedesco, M. S., 2019), la
cual se presenta anteriormente. El Ecosistema Social está
íntimamente ligado al Ecosistema Económico, por lo tanto,
la manera en la donde se hace empresa y se lidera, está
condicionada por los valores aprendidos de la sociedad,
pero a la vez también la sociedad se nutre de los valores
desarrollados en el Ecosistema Económico.
Pobreza, Desigualdad y Desarrollo Económico
Latinoamérica es una de las regiones con más pobreza y la
de mayor desigualdad del planeta (CEPAL, 2018), después
de más de 200 años las instituciones sociales fallan en dar
una solución real y denitiva a estos agelos, gobiernos
de todo tipo, de todas las corrientes políticas e ideológicas
erran con mayor o menor estruendo. Se da excusas y se
esgrime razonamientos. Estos en la mayoría de los casos
apuntan a culpables externos, empero la respuesta siempre
está adentro y es directamente atribuible a la debilidad de
estas instituciones sociales (Basuchoudhary, A., Acemoglu,
D. & Robinson, J. A., 2014), entre ellas se destaca la
institución económica en la cual está contenida la empresa
privada, y bien hay avances en términos de reducción
de la pobreza (World Bank, 2018), la desigualdad se
incrementa drásticamente (Keeley, B., 2016), la situación
generalizada requiere un cambio de paradigma en la
empresa como motor de cambio social.
Por otro lado, la desigualdad se enuncia como un problema
de la política social, con la falsa ilusión de que el desarrollo
económico lleva inevitablemente al desarrollo social
(Knowledge@Wharton, 2017). Es interesante también
mencionar la política pública se centra en crear ministerios
separados -económico y social- cuando es una problemática
que no parece tener solución, sino se aborda conjuntamente.
La generación de riqueza económica de un país está
directamente ligada al nivel de desigualdad social, como
se aprecia en el Gráco 1, existe una correlación inversa
entre el índice GINI y la productividad de un país.
Gráco 1. América Latina y el Caribe y otros países:
productividad e índice de Gini, 2014
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL,
2019), sobre la base de Universidad de Groningen, Penn World Table
[base de datos en línea] https://www. rug.nl/ggdc/productivity/pwt/,
y Universidad de Harvard, Standardized World Income Inequality
Database (SWIID) [base de datos en línea] https://dataverse. harvard.
edu/dataset.xhtml?persistentId=hdl:1902.1/11992.
Nota: El índice de Gini está expresado en términos porcentuales. La
productividad está expresada como producto por empleado en dólares de
2011 en PPA.
Una muestra de cómo los modelos económicos actuales
impactan también en el ecosistema terrestre se puede
observar a en el Gráco 2. Entre 1880 a mediados de la
década de 1940 se es mucho más efectivo en la relación
entre generación de riqueza y afectación al medioambiente,
mientras a partir de 1945, además de producirse un
crecimiento exponencial de la población, la afectación
ecológica empieza a estar mucho más ligada al crecimiento
de la riqueza, incluso a pesar de la desaceleración del
crecimiento poblacional, los patrones dañinos de consumo
y de producción continuaron creciendo.
54
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Gráco 2. Crecimiento Económico y Afectación al
Medioambiente.
Fuente: Marcelo Tedesco, con datos de Trends in Sustainable
Development, Towards Sustainable Consumption and Production,
Department of Economic and Social Affairs Division for Sustainable
Development, UN, NY, 2010 y Dataset de GGDC/Maddison (http://www.
ggdc.net/MADDISON/Historical_Statistics/horizontal-le_02-2010.xls).
Población: expresada en millones de habitantes (No expresa cantidad de
habitantes); PBI: expresado en miles de millones de USD; emisiones de
carbono: expresado en millones de toneladas métricas.
La humanidad presencia desde 1980, un incremento
sustancial del consumo de recursos naturales, del impacto
en el ambiente en el mundo, de la desigualdad y la pobreza
en nuestra región.
Queda claro así la relación existente entre cada uno de los
ecosistemas, ella se traduce de forma negativa tanto para
la sociedad como para la naturaleza, por lo tanto, lo que
queda por cambiar es el comportamiento dentro de estos
ecosistemas para empezar a dejar de lado el impacto
negativo y crecer en impacto positivo.
El único camino posible es cambiar la concepción
generalizada de para qué existen las empresas.
La Importancia Estratégica de los Grupos de Interés en
la Sostenibilidad Económica y Social.
Cuando Coase (1937) plantea la naturaleza de la empresa,
describe principalmente la función del fundador, pero
también habla sobre el proceso de transformación que
surge dentro de la compañía, arma depende de quienes
trabajan en esta entidad. Dicho esto, una organización está
constituida no solo por quien la crea, o por aquellos quienes
reciben los mayores benecios. Es más bien una red de
grupos de interés, los cuales contribuyen en la creación
de valor y reciben valor de la organización (Moore, J.,
1996). Por otra parte, las organizaciones que se centran en
sus grupos de interés entienden todos ellos deben estar lo
sucientemente satisfechos para querer seguir colaborando
con ellos (Traducido de Nightingale, D. & Srinivasan, J.,
2011), para así entonces co-evolucionar como lo plantea
Moore (1996).
Tal vez el concepto del colaborador como grupo de interés
es uno de los más claros, sin él, no hay quien haga el trabajo
necesario, tal como lo plantea Coase (1937), no existiría
la empresa. Pero no se trata solamente de entender a este
grupo de interés como un “mal necesario” sino, como ya
se establece, estos también son parte del ecosistema de la
empresa.
Por otra parte, más allá de la relevancia propia del impacto
positivo de las acciones de una organización en el sentido
trascendental de esta, es evidente a más corto plazo, que
una organización quien no contribuye, o no agrega valor a
la sociedad en donde se desarrolla, es una entidad la cual
tarde o temprano desaparece, o en el mejor de los casos
su crecimiento en el tiempo es ínmo, así lo establecen
también Porter y Kramer (2019).
En términos de desigualdad, los gobiernos suelen hacer un
trabajo bastante deciente, el tesoro está mal distribuido
por ellos, un tema objeto de otro análisis. Aun así, esto
no exime de la responsabilidad de la empresa hacia la
sociedad. Si una organización no es capaz de cumplir
con sus responsabilidades scales le hace más daño a
la sociedad que bien, si se mantiene una organización
operando y no cumple con sus obligaciones impositivas,
más que riqueza, genera pobreza.
Esa pobreza y desigualdad se genera cuando las empresas
de países ricos, tienen empresarios y mandos altos ricos
y una población mal pagada, un patrón el cual se repite
constantemente en los países menos desarrollados, y en
los emergentes (CEPAL, 2018), tal es el caso de México y
Brasil, pues siendo dos de los países más ricos del mundo,
también se encuentran entre los países más desiguales del
globo, con un salario promedio que no le permite a más del
50% sus ciudadanos en México -con los salarios mínimos
más bajos del continente- (CEPAL, 2018) y a más del 25%
en Brasil (CEPAL, 2017), siquiera alcanzar la canasta
básica de alimentos, por lo tanto viven en pobreza.
El empleo no es una dádiva social, ni siquiera debería
considerarse un benecio de la economía formal ni de
la empresa, el empleo y el colaborador en sí, son una
condición sine qua non para que la empresa exista, se
desarrolle, y viceversa.
A partir de lo expuesto, es posible concluir que no es posible
la existencia de empresas sanas y economías propicias
para la creación de nuevas empresas, sin una sociedad lo
sucientemente satisfecha, no solo por el gobierno, sino
también por las instituciones económicas de la sociedad y
su unidad más básica, la empresa.
El problema de la empresa como herramienta para la
sostenibilidad social y ambiental parece surgir entonces,
de los individuos quienes perciben a los grupos de interés
como los dueños o accionistas, y en el mejor de los casos,
a los clientes. Sin embargo, parecen olvidarse otros
fundamentales: Los colaboradores, los proveedores, el
55
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
gobierno y el más importante, la sociedad, así se desprende
de los resultados presentes a continuación.
La percepción de los grupos de interés desde la empresa
y el propósito.
Enseguida se presenta algunos de los resultados relevantes
del instrumento aplicado para conocer el estado del entorno
estratégico y la relación de las empresas con los grupos
de interés en Latinoamérica, a la vez se presenta un breve
análisis de ellos.
¿Quiénes cree que deberían considerarse un grupo de
interés para su empresa?
Gráco 3. Percepción de los grupos de interés
El Gráco 3 muestra la concepción de los miembros de
las empresas sobre sus propios grupos de interés, a la vez
pone de maniesto la enorme brecha que existe entre las
empresas y la sociedad en la cual están contenidas. Apenas
un 3% de los encuestados entiende la sociedad como un
grupo de interés quien debe ser atendido. Es importante
destacar, esta pregunta no está orientada a la empresa, sino
a la consideración del individuo parte de una empresa.
Parece haber una desvinculación entre el individuo como
entidad social, cuando este se maniesta desde el contexto
de la empresa.
¿La estrategia de su empresa se desarrolla con base en
las necesidades de los grupos de interés?
Gráco 4 . Objetivos de las empresas y su relación con las
necesidades de los grupos de Interés.
El gráco anterior deja en evidencia que la sociedad no es
relevante para el interés de la empresa, mientras el Gráco
4 pone de maniesto que tanto las empresas tienen en
cuenta a aquellos quienes sí considera sus grupos de interés
a la hora de desarrollar sus planes estratégicos, y tanto así,
se consideran a la hora de plantear sus propios objetivos. El
53% de los individuos encuestados maniesta no toman en
cuenta a los grupos de interés, el 31% lo hace parcialmente,
y solo el 16% maniesta sí los tienen en cuenta.
¿Su organización ha denido algún sistema para
analizar y distribuir la información relevante a sus
grupos de interés?
Gráco 5. Comunicación con los grupos de Interés.
Proveedores
14%
Socios de Negocios
15%
Clientes
25%
Inversionistas
22%
Sociedad
3%
Gobierno
6%
Colaboradores
15%
No
Parcialmente
16%
31%
53%
No
Parcialmente
17%
27%
56%
56
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
El Gráco 5 representa el interés de la empresa en
comunicarse con sus grupos de interés. Nuevamente
la mayor parte de los encuestados, el 56%, maniesta
las empresas no tienen ningún sistema o proceso para
comunicarse con sus grupos de interés, mientras el 27%
indica existen parcialmente, y el 17% parece tener un
interés real sobre sus grupos de interés, en concordancia
con lo observado en el Gráco 4.
¿Su organización ha denido, desarrolla y difunde su
Visión, Misión y Valores?
Gráco 6. Desarrollo del propósito.
El Gráco 6 se reere al nivel de madurez alcanzado en el
desarrollo del propósito de la empresa, tiene en cuenta la
construcción de los elementos que lo componen, así como
el nivel de interiorización de este hacia la empresa, de
acuerdo con los parámetros establecidos por el modelo de
referencia el cual se utiliza. Como resultado de la aplicación
del instrumento se observa que el nivel de cumplimiento de
estos parámetros es de 2.5 sobre un total de 5.
¿Su superior inmediato muestra un comportamiento
coherente con el Propósito, Misión, Visión y Valores o
Principios, actuando como modelo de referencia?
Gráco 7. Congruencia del liderazgo con el propósito de
la organización.
Mientras el Gráco 6 muestra las condiciones sobre el
desarrollo del propósito de la organización, en el Gráco
7 se puede observar si el liderazgo de la organización está
comprometido con éste, dicho compromiso se ejemplica
a partir de la percepción de los colaboradores sobre el nivel
de congruencia que los mandos medios y altos muestran
con él. El estudio revela que por lo menos el 50% de los
líderes no muestra ninguna congruencia con el propósito
(misión, visión y valores) que la organización dice tener,
mientras el 29% lo hace parcialmente, es decir, casi el 80%
del liderazgo en las empresas no se siente comprometido
con su propósito. Cabe señalar: el instrumento no se diseña
para evaluar si las empresas cuentan o no con un propósito
positivo, sin embargo, se puede asumir a partir de las
respuestas referentes a los grupos de interés, que estos no
están diseñados para satisfacer las necesidades sociales.
A través de los datos analizados es posible decir que las
empresas, no sólo son incapaces de identicar a la sociedad
como un grupo de interés el cual debe ser considerado, sino
también los individuos parte de un ente, se abstraen de la
sociedad a la que pertenecen. La empresa no se considera a
parte de ningún ecosistema, sino percibe como relevantes
casi exclusivamente aquellos grupos quienes le proveen
recursos monetarios (clientes e inversionistas).
A la vez el enfoque en un propósito social, o por lo menos
construido para inspirar, motivar y dirigir a las empresas
en el camino de atender a las necesidades de sus grupos de
interés es escaso, a la vez los líderes de la organización no
se sienten comprometidos con estos.
No se ve plausible, entonces, construir una sociedad menos
desigual, ni disminuir el impacto al medio ambiente, por lo
tanto, ni pensar en el desarrollo sostenible de las naciones
mientras las empresas dentro del sistema capitalista sigan
percibiéndose aisladas de los ecosistemas, los cuales las
contienen: el económico, social y terrestre.
Es necesario entonces, como se pone en evidencia,
evolucionar la concepción de la razón de existir de la
empresa en el contexto de desigualdad social y de daño
ambiental en donde el mundo se encuentra actualmente.
4. Conclusiones ¿Para qué existen las empresas?
A partir del cuerpo de literatura vigente y de la evidencia
empírica, este trabajo planteó consistentemente que la
naturaleza de la empresa, entendida como una maquinaria
de transición de precios, no sólo no explica su verdadera
naturaleza, sino es fuente en gran medida de la desestabilización
ecológica, económica y social que se vive en todo el mundo.
Se dijo también que al centrarse en los grupos de interés
dentro del propio ecosistema de la empresa no sólo le
permite desarrollarse plenamente dentro de su propia
comunidad, mercado, sociedad, ecosistema, sino también,
potenciar el desarrollo de esos grupos de interés.
Visión
Misión
Valores o Principios
Estado actual
Gap
21%
29%
50%
No
Parcialmente
57
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Diversos autores (Kotler, P. Kartajaya & H. Setiawa,
2010; Porter, M. & Kramer, M., 2011; Nightingale, D. &
Srinivasan, J., 2011) ponen de maniesto la importancia
de centrarse en los grupos de interés y de satisfacerlos
plenamente para que quieran continuar colaborando con
las empresas. James Moore (1996) enfatiza aún más que
los grupos de interés son parte del propio ecosistema de
la empresa, y no es posible evolucionar sino es a través
de la co-evolución, esta sólo se da como resultado de la
cooperación, así el Modelo de Integración de Ecosistemas
(Tedesco, M. S., 2019) muestra la relación entre el
ecosistema económico el cual contiene a las empresas,
y los otros ecosistemas por los cuales está contenido
el mismo, así entonces no se puede encontrar equilibrio
en el desarrollo sostenible de cada uno de estos sin
comprender las necesidades reales de los grupos de interés
y satisfacerlas. Por lo tanto, las empresas deben existir para
satisfacer las necesidades de la sociedad y la de todos los
grupos de interés contenidos en el ecosistema.
La razón por la cual las regulaciones ambientales,
laborales y sociales nunca serán sucientes para alcanzar
equilibrio entre los ecosistemas y mucho menos para
pensar en el desarrollo sostenible de estos, parece deberse
a no ser posible garantizar la sostenibilidad económica,
social y ecológica, mientras el centro de la estrategia del
negocio, su razón de ser, sea construir valor para cada uno
de los grupos de interés. Esto signica: la única forma
aceptable de tener ganancias es empezando por satisfacer
las necesidades de los grupos de interés más importantes
quienes por consecuencia de impacto, son la sociedad y sus
individuos, sin olvidar que sus necesidades no se limitan al
producto el cual desean consumir, sino a sus necesidades
completas. Pues las personas no son solo consumidores,
sino personas completas, en su mayoría, desean que el
mundo sea un lugar mejor (Kotler, P., Kartajaya, H. &
Setiawan, I., 2010).
Desde el punto de vista estratégico, la evidencia señala,
los planes de todo negocio deberían ser orientados en
esa dirección. De tal forma no sólo se produzca dinero,
también se asegure la sostenibilidad de la compañía en
el largo plazo. La teoría del derrame, la idea de que la
empresa cumple una función social sólo por dar empleo,
la entidad como un ente aislado de la sociedad, el consumo
y la generación de riqueza como fuente de desarrollo, no
resisten el contraste con la evidencia empírica.
La responsabilidad fundamental para los estrategas y
líderes de las organizaciones es identicar y analizar
las necesidades de sus grupos de interés, con el n de
desarrollar planes que las satisfagan. Una reexión la cual
lleva a una tarea. No sólo los líderes de la organización
deben compartir este concepto fundamental, también las
personas quienes colaboran en ella.
Si bien desde hace ya algunos años se plantea la necesidad
de un tipo de empresa social (Alvord, S., Brown, D. &
Letts, C., 2002; Harding, R., 2004; Austin, J., Stevenson,
H. & Wei-Skillern, J., 2006; Chell, E., 2007, Cochran,
P., 2007; Dorado, S., 2006; Yunnus, M., 2010; Latapí
Agudelo, M.A., Jóhannsdóttir, L. & Davídsdóttir, B., 2019)
que conviva con las empresas como tradicionalmente se
conocen con el n de aliviar el daño colateral que estas
produce, la situación actual requiere de un enfoque
disruptivo, todas las empresas deben ser eminentemente
sociales, parece ser la única vía para reducir al mínimo
el costo social, encontrar soluciones a la pobreza, la
desigualdad y la afectación ecológica sufrida por el planeta
en pos del desarrollo sostenible.
Una vez se comprende la verdadera naturaleza de la
empresa en el contexto actual, queda entonces redenir
claramente el concepto del para qué existe la empresa
individual, la fundada por cada emprendedor, entendiendo
claramente su razón de existir en su comunidad, en su
mercado, en su sociedad, esto es su propósito.
El propósito de la corporación debe redenirse como
la creación de valor compartido, no solo el benecio
económico per se. Esto impulsará la próxima ola de
innovación y crecimiento de la productividad en la
economía global. (Porter, M. & Kramer, M., 2011)
A partir del postulado anterior sobre la denición del
propósito de las empresas, se puede analizar y concluir
también que si bien hoy se entiende a la empresa/
emprendimiento social, como un subconjunto de
empresas fuera de la entidad tradicional, observando las
consecuencias en el contexto global a casi 100 años de
los postulados de Coase, y con un nuevo entendimiento
sobre la necesidad de redenir la verdadera naturaleza
de la organización, en el futuro no tendría por qué haber
esta distinción, pues todas las nuevas empresas deberían
nacer siendo empresas sociales, con modelos de negocio
centrado en las ganancias sociales como base para la
rentabilidad económica, y permitan un crecimiento
sostenido y sostenible del desarrollo económico y social de
las naciones, y con la esperanza de detener y restaurar el
daño hecho al ecosistema más importante, la Tierra.
5. Referencias
Alvord, S., Brown, D. y Letts, C. (2002). Social entrepreneurship
and social transformation: an exploratory study. (Hauser
Center for Nonprot Organizations Working Paper No.
15). Disponible en: http://papers.ssrn.com/sol3/pa- pers.
cfm?abstract_id=354082
Austin, J., Stevenson, H. y Wei-Skillern, J. (2006, enero). Social
and Commercial Entrepreneurship: Same, Different, or
Both? Entrepreneurship: Theory & Practice, 30 (1), 1-22.
Basuchoudhary, A. Daron Acemoglu and James A. Robinson:
Why nations fail: the origins of power, prosperity, and
poverty. Public Choice 159, 317–320 (2014). https://doi.
org/10.1007/s11127-013-0148-9
58
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Bunge, M. (2014) Pseudociencia e Ideología. Ciudad de
México: Siglo XXI Editores.
Chang, & Zuo, Jian & Zhao, Zhen-Yu & Zillante, George & Gan,
Xiao-Long & Soebarto, Veronica, 2017. "Evolving theories
of sustainability and rms: History, future directions and
implications for renewable energy research," Renewable and
Sustainable Energy Reviews, Elsevier, vol. 72(C), pages 48-56.
Chell, E. (2007). Social Enterprise and Entrepreneurship.
International Small Business Journal, 25 (1), 5-26.
Coase, R. H. (1937) The Nature of the rm. Economica, n.s. vol
4, London School of Economics. London.
Coase, R. H. (1960) The Problem of Social Cost. The Journal of
Law and Economics, Volume 3, pp 1-44
Cochran, P. (2007). The evolution of corporate social
responsibility. Business Horizons, 50(6), 449-454.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
Medición de la pobreza por ingresos: actualización
metodológica y resultados, Metodologías de la CEPAL,
2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
La ineciencia de la desigualdad, 2018 (LC/SES.37/3-P),
Santiago, 2018.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
La ineciencia de la desigualdad. Síntesis (LC/SES.37/4),
Santiago, 2018.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Panorama Social de América Latina, 2019 (LC/
PUB.2019/22-P/Re v.1), Santiago, 2019
Crecimiento económico y concentración del ingreso: sus efectos
en la pobreza del Brasil Resumen del artículo publicado en
Revista CEPAL 123, diciembre de 2017. Autores: Jair
Andrade Araujo, Emerson Marinho y Guaracyane Lima
Campêlo.
Raff, D & Temin, P. (1991). "Business History and Recent
Economic Theory: Imperfect Information, Incentives, and
the Internal Organization of Firms," NBER Chapters, in:
Inside the Business Enterprise: Historical Perspectives on
the Use of Information, pages 7-40, National Bureau of
Economic Research, Inc.
Dataset de GGDC/Maddison (http://www.ggdc.net/
MADDISON/Historical_Statistics/horizontal-
le_02-2010.xls).
Does Trickle-down Economics Add Up or Is It a Drop in the
Bucket?. Knowledge@Wharton (2017, December 12).
Retrieved from https://knowledge.wharton.upenn.edu/
article/trickle-economics-ood-drip/
Dorado, S. (2006). Social Entrepreneurial Ventures: Different
Values so Different Process of Creation, no?. Journal of
Developmental Entrepreneurship, 11 (4), 319-343.
Fridenson, P. (2008). Business history and history. In: G. Jones
and J. Zeitlin (eds.), The Oxford Handbook of Business
History. Oxford: Oxford University Press, https://doi.
org/10.1093/oxfordhb/9780199263684.003.0002
Geels, F. W. (2014). Reconceptualising the co-evolution of
rms-in-industries and their environments: Developing
an inter-disciplinary Triple Embeddedness Framework.
Research Policy, Elsevier, vol. 43(2), pages 261-277.
Harding, R. (2004). Social Enterprise: The New Economic
Engine?. Business Strategy Review, 15 (4), 39-43.
Hopwood, B., Mellor, M. & O'Brien, G. (2005). "Sustainable
development: mapping different approaches," Sustainable
Development, John Wiley & Sons, Ltd., vol. 13(1), pages
38-52.
Keeley, B. (2016), Income Inequality, The Gap between Rich
and Poor, Insights OECD, OECD Publishing, Paris.
Knight, F. H. (1921) Risk Uncertainty and Prot, Houghton
Mifin Company, Boston.
Kotler, P. Kartajaya, H. Setiawan, I. (2010) Marketing 3.0: From
Products to Customers to the Human Spirit. Hoboken, NJ:
Wiley.
Latapí Agudelo, M.A., Jóhannsdóttir, L. & Davídsdóttir, B.
(2019) A literature review of the history and evolution
of corporate social responsibility. Int J Corporate Soc
Responsibility 4, 1. https://doi.org/10.1186/s40991-018-
0039-y
Meadows, D. (2008). Thinking in Systems: A Primer, Chelsea
Green Publishing, WRJ, Vermont.
Moore, J. (1996). La muerte de la competencia: liderazgo y
estrategia en la edad de los ecosistemas de negocios. Nueva
York: HarperBusiness.
Muhammad Yunnus (2010). Building Social Business: The New
Kind of Capitalism that Serves Humanity's Most Pressing
Needs. New York: Public Affairs.
Nightingale, D. y Srinivasan, J. (2011). Beyond LEAN
Revolution Achieving successful and sustainable
enterprise transformation, p. 19. New York, AMACOM.
Odum, E. P. (1971). Fundamentals of ecology, third edition.
Saunders, Nueva York.
Porter, M. (1980) Competitive Strategy, NY, The Free Press
Porter, M. (2003). Competitive Advantage, NY, The Free Press.
59
Revista Fidélitas
׀ Vol.1 (2) ׀ Octubre 2020
Porter, M. Kramer, M. (2011). Creating Shared Value, How to
reinvent capitalism—and unleash a wave of innovation
and growth. January–February Harvard Business Review.
Porter M.E., Kramer M.R. (2019) Creating Shared Value. In:
Lenssen G., Smith N. (eds) Managing Sustainable Business.
Springer, Dordrecht. https://doi.org/10.1007/978-94-024-
1144-7_16
Rosen, C., & Sellers, C. (1999). The Nature of the Firm: Towards
an Ecocultural History of Business. Business History
Review, 73(4), 577-600. doi:10.1017/S0007680500062437
Tedesco, M. y Serrano, T. (2019). “Roles, Valores y Dinámicas
Sociales, una nueva aproximación para describir y entender
ecosistemas económicos.” Cambridge: MIT D-Lab
Trends in Sustainable Development, Towards Sustainable
Consumption and Production, Department of Economic
and Social Affairs Division for Sustainable Development,
UN, NY, 2010.
Xepapadeas, A. (2008). "Ecological economics". The New
Palgrave Dictionary of Economics 2nd Edition. Palgrave
MacMillan.
World Bank. 2018. Poverty and Shared Prosperity 2018:
Piecing Together the Poverty Puzzle. Washington, DC:
World Bank. License: Creative Commons Attribu-tion CC
BY 3.0 IGO.